¡Hablemos de cine!: “¿Sorprendido?” #Proxectomascaras

Saber preguntar es un arte cuya receta debe contener talento, conocimiento del tema, empatía y… trabajo.

Por el feedback que teníamos de visionados previos, sabíamos que la película “sorprende” así que cuando preparábamos el pase especial de lujo de Máscaras decidimos aprovechar para dejar constancia de la frescura de las reacciones, sobre todo para que la voz del público, y no las nuestra, fuera elaborando el discurso.

Pero había que tener en cuenta un par de cuestiones:

1. Que tras la película se forman espontáneos y enriquecedores coloquios que no debíamos entorpecer, luego debían ser breves.
2. Que al tener tanta presencia institucional, había que evitar la respuesta políticamente correcta.

Es decir, había que aprovechar la visibilidad de los invitados pero era imprescindible centrar el tema evitando el intervencionismo para no apartarnos de que si algo transmite Máscaras es el lujo de la sencillez.

Hacía falta profesionalidad e implicación, y ahí estuvo la cámara de Jose Louzao para recoger el excelente trabajo de Belén. Y así lo cuenta ella.

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Empezaré por el principio. ¿Hacer entrevistas en el pase privado de lujo de Máscaras? … SÍ!

Tenía varias razones para aceptar: la primera, me hacía ilusión y me apetecía probarme en ese terreno. La segunda, creía en la película, conocía bien el proyecto, y tenía muchas ganas de saber cómo era recibida por el público.

Así que manos a la obra. Lo primero era conocer el estado del proyecto, la evolución que había seguido hasta el momento y “hacer mía” la nueva información que habían elaborado mis compañeras. Dos cosas me llamaron la atención:

– Un gráfico maravillosamente sencillo. Aplicable al encaramiento con un nuevo reto, a subir un escalón. En él se dibujaba el necesario equilibrio entre los desafíos y competencias que se nos presentan y poseemos para evolucionar. El razonamiento es simple: para no caer en el aburrimiento necesitamos entornos más estimulantes, y para que no nos ahogue la ansiedad hemos de desarrollar nuevas competencias. El resultado: APRENDIZAJE.

– Una hoja con varios fragmentos sobre la polarización de grupo que acompañaban al mural de las competencias y de los que destaco dos:

“La discordia surge de las diferencias de contexto. Al conocer el contexto del otro, uno se lo hace un poco propio: lo entiende (aunque no lo comparta) e inevitablemente moldea el punto de vista propio. Es al conocer contextos nuevos cuando el propio cobra más sentido y no se estanca en una espiral de autoafirmación”

“Conocer sólo el propio punto de vista siempre es dañino. Sólo tenemos la visión parcial que nos han contado. Por tanto, lo que ha moldeado el contexto de cada uno de los extremos no sólo es la información que tiene, sino también la que no tiene, la ignorancia de las otras realidades”

El gráfico, los textos, los había visto en Máscaras, por eso no me parecía descabellado utilizarlos como parte de las entrevistas.

Empecé entonces a escribir en mi libreta cuestiones relacionadas con la película sin darme cuenta de una cosa, mis anotaciones estaban demasiado ligadas a la lectura que yo había hecho, y a las reflexiones y conclusiones a las que habíamos llegado en grupo, muy tendentes a la parte social que encierra este trabajo.

Seguí adelante aunque no muy convencida de que fuera por el buen camino. Opté entonces por utilizar una hoja en blanco que titulé: sobre lo que queremos hablar. En ella empecé a escribir palabras dispersas como Educación, Personas, Implicación, Incapacidad social, Ejemplo de que se puede, Experiencia, Hacer grande lo pequeño, Que se vea lo que no se ve… Pero era consciente de que no me estaba centrando en lo más importante, el cine, la película.

Me reafirmé al entrar en la web de Máscaras y detenerme en el último post que había escrito Iago, el director de la película. Leí una frase que me situó de nuevo en el camino:

Es sencillo…
Coger el punto de partida, potenciar los elementos y… dejar que suceda

Exactamente, eso era Máscaras. El principal elemento de la película era la propia incógnita de lo que iba a suceder.

Me había resituado y tenía las cosas más claras, pero necesitaba orden. Las preguntas y comentarios se acumulaban en mi libreta. Quería verlos por separado, establecer relaciones, grupos,… tenía que simplificar y quedarme con lo esencial. Recorté cada entrada y cada pregunta en un trozo de papel. Los extendí sobre la mesa y las conexiones empezaron a saltar: dimensión social, contexto de Máscaras, preguntas más generales, etc.
Las reuniones en la oficina y las conversaciones por teléfono me venían bien para descartar cuestiones sobre las que dudaba y afianzar otras. Pero lo que me resultó definitivo fue volver a ver la película y enseñársela a parte de mi entorno. Dirigía en exceso las preguntas y eso me impedía aprovechar la frescura de quienes la veían por primera vez.

Había que fluir de otra manera, utilizar preguntas abiertas y en positivo para que las entrevistas tuvieran sentido y pudieran recoger lo que cada uno de mis interlocutores había sentido durante el visionado de Máscaras.

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