El problema de los paréntesis
Aunque la reacción general tras la proyección de Máscaras incita al desarrollo de la opinión propia y al coloquio, hay dos preguntas que sí suelen hacerme:
1. ¿Por qué pensé en este proyecto?
2. ¿De donde venía el planteamiento?
Sobre la primera me explicaba, mas o menos, hace unos meses, aunque se sigue resumiendo en encontrarme con la posibilidad de contar una historia a partir de un hecho.
La segunda, de dónde vino el planteamiento, tampoco tiene una respuesta única, empezando por si me había fijado referentes, algo a lo que nunca podría negar sin caer en el inconsciente autoengaño.
En lo relativo a abordar la diversidad funcional había una única opción posible: no era lo relevante y no debía parecerlo. No como para que tuviera que destacar sobre el conjunto, pero sí, era el punto de partida, porque la película solo podía existir si al mismo tiempo no era el destino de la historia.
Si bien durante su desarrollo procuré aislarmé de influencias externas, ningún proceso de creación parte de la nada. Analizado a posteriori, tal vez uno de los referentes que mejor cuadraban con mis intenciones era el de The Cost of Living, un mediometraje de la peculiar compañía británica de danza DV8 del que guardaba un lejano recuerdo en el que destacaba una idea: la construcción de un relato en el que esta diversidad era una parte del conjunto, un elemento de la narración, nunca un objetivo a resaltar. Buscando información sobre este título me encuentro esta cita tan apropiada:
Todas las historias paralelas que conforman la obra tratan sobre cómo nos evaluamos a nosotros mismos y a otras personas: el costo de vivir… es radial, pero siempre accesible, el trabajo de DV8 es un mediometraje sobre la toma de riesgos
Y esto, creo, define bastante bien el espíritu de Máscaras.
Extendiendo lo que se ve en este fragmento, la película DV8 no juega a crear un paréntesis idílico, pero tampoco se retroalimenta de dramas sobredimensionados. Siendo un espectáculo de danza, irreal, no desarrolla una historia tan alejada de la realidad: la diversidad muchas veces aparece de manera casual para buena parte del mundo, pero acto seguido la tierra sigue girando.
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Goio Borge says:
‘acto seguido la tierra sigue girando’ es un eufemismo para ‘afortunadamente, piensan, han desaparecido tan casualmente como aparecieron’?? Yo creo que es común cuando la aparición es corta…
Isabel Iglesias says:
La pregunta de Goio me ha echo dudar.
Evidentemente mi interpretación es que una vez que te encuentras con la diversidad, te choca al principio pero pasa a integrarse en tu normalidad. Es decir, no se centra en un paréntesis construido irrealmente al margen de lo cotidiano y sin posibilidades de cambiarlo. Eso es lo que hay ahora con los guetos y los días “D”.
Pero ese “acto seguido la tierra sigue girando”, sí, parece que se puede interpretar como “nos volvemos a lo de siempre” y todo queda igual. Aunque también pienso que igual es buena esa ambigüedad, mejor el no-mensaje para que cada quien saque sus propias conclusiones. De eso se trata, de que no haya moralina, ¿no?
Iago González says:
Mi comentario era más pragmático, más en la línea de lo que apunta Goio. Sería bonito pensar en un equilibrio, pero creo que precisamente el abceso de la moral llega con el encuentro, y una vez finalizado todo se queda como estaba. Con todo, yo diría que son cosas que si van cambiando.