En el espacio público hay que competir

Rodeados de servicios de inercia, se nos olvida que ese giro que tanto invocamos no consiste en la emergencia de nuevos roles sociales y prácticas en “recursos humanos”. No en hacer cosas “para las personas” SINO con las personas. Pero, ¿lo hacemos?
Aunque la palabra competir se ha cargado de connotaciones negativas, en el mundo real se compite, incluso (o sobre todo) con nosotros mismos. Porque, ¿no es eso lo que significa “tener un sueño”?
Nos quejamos de este mundo tan competitivo pero nos encanta hablar de “competencias”, que no es otra cosa que la capacidad para realizar un trabajo o desempeñar una función de modo adecuado. Es decir, lo que necesitamos para que otra persona no se nos adelante en aquello que perseguimos. ¿No es eso competir?
A veces el discurso de los valores peca de egocentrismo e hiperreflexividad. Las buenas intenciones son fáciles de confundir con burbujas de proteccionismo, la peor de las barreras porque condenan a una vida preescrita de antemano.
El lenguaje de los valores y los derechos necesita una sacudida. Cuando nos involucramos para eliminar la contaminación de los ríos, por ejemplo, estamos compitiendo con las intenciones de quienes los contaminan. Quizá no consigamos nuestro objetivo, pero eso es Vivir.
La vida plena lo es porque conlleva riesgo, incertidumbre, aventura, pasión, ilusión, curiosidad ¿Qué peor nos puede pasar que no tener sueños y luego intentar cumplirlos? Aunque no los logremos.
Los protagonistas de Calcetin(e)s decidieron salir al mundo y competir, por eso fueron candidatos a los Premios Mestre Mateo. Decíamos entonces
estar en el espacio público, quitar las comillas, es atreverse con el mundo que se desarrolla más allá de los “circuitos especiales”: es cine y como tal entra a competir en la categoría de cortos en los Premios Mestre Mateo de la Academia Galega do Audiovisual
No ganaron, no ganamos, pero ahí queda constancia en el Anuario. Quizá las oportunidades de premio hubieran sido mayores en esos otros circuitos pero es que las burbujas son tan incómodas… Y el mundo tiene tanto por explorar… Estar ahí, conquistar esa doble página, ya es una victoria.


Últimas entradas de APM (ver todas)
- #Cultura e ecosistemas de aprendizaxe - 5 Abril, 2023
- “Follar” también es un derecho, la punta de iceberg - 13 Febreiro, 2023
- Para ir dando ánimos a 2023 - 31 Decembro, 2022
- Baixo o mesmo paraugas - 9 Decembro, 2022
- Convenio coa Fundación Emalcsa: O rodaxe de “estartap” - 18 Novembro, 2022
- Contra el diagnóstico - 6 Novembro, 2022
- Boas Prácticas 2022: a entrega - 12 Outubro, 2022
- VI Premios Boas Prácticas Cidadás - 10 Setembro, 2022
- “Estártap”: indagando na metodoloxía e nos recursos de investigación - 30 Agosto, 2022
- “estártap, unha historia de emprendemento”, en colaboración coa Deputación da Coruña - 13 Agosto, 2022
Susana says:
O único pecado tería sido non intentalo. Os premios só foron para un por categoría. O resto estiveron aí, competindo. E iso é xa moito. Non todos poden dicir o mesmo. Parabéns e seguide adiante, 😀
Isabel Iglesias says:
Canta razón Susana, os pecados por omisión son os que máis pesan.
É certo que competir é duro, pero moito mais duro é estar ao marxe.
Moitas grazas! 🙂