Julen Iturbe: Unas cuantas vidas en la pantalla, mezclando realidad y ficción #ProxectoMascaras
Robo esta fotografía del flickr de Julen Iturbe porque me gusta como le define: la perspectiva tras un largo trayecto rodando suave para dejar atrás esa niebla que tantas veces nos confunde en el día a día.
Con él aprendí, hace ya unos cuantos años, que el hacer las cosas de otra forma, y con objetivos más humanos, ya tenía un nombre: consultoría artesana.
Pero centrándonos en este proyecto, muchas veces hemos encontrado refugio en sus reflexiones y su especial forma de cuestionar el (ab)uso del calificativo “social” para venderloquesea. Nos hubiera gustado conversar ya en julio de 2012 cuando anduvimos por su tierra, pero no puedo ser. Y tal vez no fuera el momento, la euforia inicial (la nuestra) no suele ser buena tarjeta de presentación.
Su reflexión tras el visionado de la película añade un concepto que no habíamos identificado: la recursividad. Compartimos aquí su post sobre Máscaras pero recomendando la lectura de la reflexión titulada “Discapacidad” que había publicado el día anterior:
¿Qué alimenta nuestra discapacidad? ¿Qué tenemos y qué no?
Porque a fuerza de discapacitar se llega a la estación de destino: la incapacidad
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Hace ya tiempo que vi Máscaras, una película que compartió conmigo Isabel Iglesias y cuyo director es Iago González. No podía cerrar este año sin citarla y hacer una valoración de lo que me ha transmitido. No me tengo por buen cinéfilo pero el sentido común me lleva a valorarla, no me cabe duda, como una obra diferente y entrañable. Y en mi descargo también tengo que decir que no la puedo ver con ojos neutrales porque el cariño me conduce a interpretaciones que quedan mucho más cerca del corazón que de la cabeza.
Y de ahí también esta reflexión: ¿por qué me ha costado tanto escribir este post? No lo sé. Quiero pensar que cuando uno tiene parte de la razón comprometida, el corazón juguetea travieso y te va poniendo alguna que otra traba. Pero aquí estamos, escribiendo por fin de esta película diferente.
Me viene a la cabeza Telémaco con aquel genial blog, La Maldición de Sísifo. Una constante recursividad en busca de un principio que condujera no a un final sino a otro principio. Máscaras empieza con un proyecto, se metamorfosea a sí misma para recrearse en una película y termina por ser algo más. Unas cuantas vidas en la pantalla, mezclando realidad y ficción, unas capacidades puestas sobre el papel y otras ocultas en sus cuevas.
Estoy leyendo ahora mismo La Fageda, el libro que sobre esta empresa ha escrito Dolors González. Se subtitula “Historia de una locura empresarial social y rentable”. Ahí, en la página 11, puedes leer esto:
La Fageda ocupa al 100% de los discapacitados psíquicos y personas con transtornos mentales severos de la comarca de la Garrotxa en Girona. Otros 120 profesionales trabajan en la Fageda… profesionales que, como suele decir jocosamente Cristóbal [se refiere a uno de los impulsores del proyecto], “todavía no tenemos certificado de discapacidad, pero estamos en ello”.
Máscaras es una película con actrices y actores que se re-interpretan a sí mismos. Entran en un bucle que les sumerge en una historia diferente. Creo que podríamos hablar, como dirían los franceses a partir de Serge Doubrovsky, de “autoficción“. Se entremezcla la ficción dentro de la realidad o al revés. Que cada cual ponga el acento donde quiera. El caso es que la película entra en la vida de quienes la protagonizan, se instala en su vidas y aún está por ver la forma en que la criatura evolucionará.
Creo que Máscaras es un experimento en lo cinematográfico y proporciona, además, un marco de reflexión para algo tan evidente como aveces oculto: las diferencias individuales, las capacidades que existen y las que se esconden, la pasión y el juego. En la película el guión juega con la idea de hacer un corto y este corto es el germen de la película. El fin es el medio y el medio se convierte en el fin. La película es una realidad. Salta de la ficción a la autoficción.
La película puedes verla en Filmin y ésta es también una buena ocasión para reflexionar sobre su distribución. Más allá de las salas comerciales, puedes acceder a ella a través de esta plataforma online. ¿Cómo? ¿Y si alguien te la regalara? ¿No crees que pudiera ser un buen regalo? Más adelante, en otro post, hablaremos de esto. De momento, ahora mismo sólo quería compartir mis sensaciones tras ver la película. Que la disfrutes.
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