¿Sabes dibujar un árbol?
Incluso quienes no hemos recibido el don para dibujar, somos capaces de trazar algunas líneas que permitan identificar un árbol. Y, a la vista de los resultados, dudo que a nadie se le ocurriría preguntar: ¿Todos son árboles?
Unos nos gustarán más, otros menos. Algunos se verán mejor y otros quedarán camuflados por el contexto. Influirán las modas, las culturas, las «opiniones»… Pero nadie dudará de que todos son árboles.
Nos preguntamos por qué, tras 45 constitucionales años, cuando al fin parece haber acuerdo sobre la obligación de meterse con el poco afortunado artículo 49, seguimos sin saber poner el acento en lo que debería ser obvio.
“Artículo 49. 1. Las personas con discapacidad son titulares de los derechos y deberes previstos en este Título en condiciones de libertad e igualdad real y efectiva, sin que pueda producirse discriminación.
Y lo que debería ser obvio, la esencia, son tres palabras: Personas, derechos, deberes. Y establecer la correlación entre derechos y deberes.
Lo marcado en rojo sobra, es hacer una acotación que limita. Y los otros 3 puntos del artículo, que son igualmente pomposos, tampoco se cumplen. Habrá que acordar, y dejar constancia en este mismo sacralizado texto pero en otro párrafo y/o artículo, las obligaciones y medidas cuando se produzca cualquier tipo de discriminación. Es decir, elevar a la categoría constitucional la #NoExclusión.
Pero hablábamos de árboles, una figura muy navideña así que: ¡Feliz diversidad!